Caminando hacia un Colegio del Mundo

Caminando hacia un Colegio del Mundo

Hoy queremos compartir con nuestra Comunidad de Aprendizaje las reflexiones de la directora de nuestro colegio: la posibilidad que se nos brinda de ser Colegio del Mundo es, sin duda, , un motivo más de alegría y esperanza para todos los miembros de nuestra Comunidad de Aprendizaje, porque estamos convencidos de que nuestro colegio lo guía el Espíritu Santo y que está presente en cada miembro de nuestra gran familia para que sigamos construyendo grandes proyectos.

 

Para comenzar a dar pasos en este objetivo, uno de ellos es vivir de lleno con emoción cómo aprenden y viven otras culturas del mundo.

Lo verdaderamente importante es que nuestros niños y niñas aprendan la realidad de las diferentes culturas, desarrollando su pensamiento crítico, y comprobando cómo en muchas ocasiones el mundo (medios, redes sociales, etc.) manipula la información que nos llega. Eso es lo que tienen que aprender nuestros niños y niñas: distinguir la realidad que se esconde detrás de cada historia. 

¡Qué labor tan bonita es la que tenemos entre las manos!

Compartimos con vosotros el vídeo  de la escritora africana Chimamanda Adichie, «El peligro de la historia única», y a coninuación la reflexión de nuestra directora, que nos ha llegado muy hondo y sin duda es un motivo para trabajar por este mundo, en el que todas las historias cuentan.

Espero que disfrutéis las siguientes palabras, tanto como las hemos disfrutado nosotros:

El peligro de una historia única: ¿Qué historia deseamos crear para nuestros niños y jóvenes? 

Me ha emocionado este vídeo, y por ese motivo lo quiero compartir con vosotros. El análisis profundo que realiza Chimamanda sobre una de las esencias de la educación: valorar a la persona y a los pueblos en su totalidad, sin realizar un juicio rápido y sesgado que nada tiene que ver con la realidad, por personas ajenas a una historia que es mucho más compleja y valiosa de lo que perciben. Me ha llegado al corazón.

En algunas ocasiones, en nuestra Comunidad de Aprendizaje, hemos realizado aportaciones  simplistas y  sesgadas por la debilidad de la percepción y de nuestros sentidos condicionados  por nuestra propia experiencia. Quiero huir de ello.

Me ha recordado al mito de la caverna de Platón, donde existe una verdad independientemente de la opinión y percepción de las personas. En el mito, los prisioneros representan las personas atadas a sus percepciones. Las sombras son el mundo físico que perciben y que confunden con el conocimiento verdadero, cuando sólo es un conocimiento subjetivo y personal. Cuando uno de los prisioneros sale al mundo de las ideas, adquiere el verdadero conocimiento.

La historia que deseo contar a mis alumnos es la historia verdadera: que el Amor, la Belleza y la Verdad existen, pero hay que alimentarlas y caminar hacia ellas día a día. Es tan fácil como creer en un Dios Padre que nos ama con locura.

Me ha marcado la frase » mostrando a un pueblo como una cosa, una y otra vez hasta que se convierte en eso». No quiero en nuestro colegio  prejuicios ni ideas preconcebidas sobre nadie, ya sea familia, alumno o educador. Gracias a Dios, la VIDA sigue su propio cauce, su propio camino.

Los educadores debemos descubrir, como buenos escultores, la grandeza que hay en el interior de cada persona sin quedarnos en la superficie, en la apariencia.

Quiero una comunidad que escuche las necesidades de cada persona, acompañando siempre su proceso formativo. Quiero a mi lado a personas humildes que vayan al lado de niños y jóvenes, que comparten con ellos sus historias, todas diferentes pero valiosas, y que las valoremos desde un conocimiento profundo de su contexto y cultura contada por ellos mismos a través de la literatura  local o viviendo de lleno lo que ellos experimentan, y cómo lo sienten.

La frase,  «la historia única crea estereotipos y el problema no es que sean falsos, sino que son incompletos. Hacen de una sola historia, una única historia», nos invita a abrir las puertas de nuestro centro a alumnos y familias de todo el mundo para aprender todos de todos, viviendo y experimentando juntos. Establecer espacios para la escucha y la admiración mutua enriquece y fomenta la comprensión y el respeto.

“Las historias únicas enfatizan en las diferencias  en vez de en las similitudes». El escritor nigeriano Chinva Achebe le llama «un equilibrio de historias». En nuestra sociedad quizás se ha educado desde nuestra mirada sesgada, quedándonos con aspectos superficiales de personas que no han vivido de lleno lo que están contando.

Me gustaría que en nuestro colegio, si Dios quiere Colegio del Mundo, nuestros niños y jóvenes indaguen y experimenten junto a sus familias, instituciones externas y otros estudiantes sobre lo realmente importante en la vida, que es vivirla con conciencia y pleno sentido, siendo así los verdaderos protagonistas de sus vidas y construyendo un mundo más humano, justo y pacífico.

Las historias importan…» Cuando rechazamos la historia única, cuando nos damos cuenta que no hay una única historia sobre ningún lugar, recuperamos una parte del paraíso». Cuando abrimos el corazón y nuestra mente a convivir y a sumergirnos en culturas diferentes, nuestro crecimiento y unión como hermanos de un mismo lugar crece.

Quiero fomentar nuestra percepción del Mundo como nuestra casa en el que todos somos hermanos que colaboramos por un bien común más allá de los intereses políticos, culturales o sociales de pueblos, personas o grupos que solo desean su propio interés.

Quiero una historia en la que lo más importante es la persona en relación con los demás, creando interacciones que la fortalezcan, y  en la que cada una de ellas cuenta y es importante.

Ahora sí, es el momento de preguntarte: ¿quieres compartir tu historia con nosotros?

 

Por: Ofelia Vázquez Martín, Directora del Colegio Nuestra Señora de Andévalo.